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Piel desnuda

...en la piel.

...en la piel - III

...en la piel - III

El se fue a la maquina a por un par de latas de refrescos, entre trago y trago, no dejábamos de acariciarnos, de besarnos, de abrazarnos...era increíble lo que nos estaba sucediendo...

Cuando estábamos mas relajaditos, empecé a bromear sobre tomar notas con su “rotulador”, el se había sentado en el sillón del jefe, tenia su poya de nuevo erecta, me acerque y riéndome, le dije...- tomo nota, jefe usted pone el rotulador yo el bloc de notas...- y me senté sobre él, metiendomela toda en mi vagína. De espaldas a el, subía y bajaba,  se la sentía cada vez mas dura...me giré, entonces comenzó a besarme los pechos, aprisionando los pezones con su boca, el ritmo se aceleraba, me gustaba como con el roce, mi coño, parecía acomodarse a su poya...me cogió por los muslos, me levantó y me sentó sobre la mesa, me echó para atrás, cayó de rodillas, empezó a besarme las piernas, hasta llegar a lamerme “todo” desde mi sexo hasta el ano...mientra jugaba con mi clítoris, sentía como me introducía un dedo o dos en mi culo, gemía, pero también me quejaba, pues entonces, lo tenia casi virgen...

En fin, mas o menos así fue la  primera de muchas veces, que tuvimos relaciones, ya que casi durante un año fuimos amantes, hasta que un día decidió volver a intentar reanudar la relación con su ex....y ahora, me sorprende, se vuelve a comunicar conmigo para volvernos a encontrar...

Al fin llegó el dia y el lugar de la cita, una cafeteria en el centro de la ciudad. Como siempre, a las 18,30...estaba impaciente por las sorpresas que me tenia que contar, así que fui mas puntual que nunca.

Cuando le vi, no me podía creer tener de nuevo a David, tan cerca, nos besamos...al dirijirnos a la mesa y antes de sentarnos, me susurró - mi mujer sabe que estoy contigo...que me quedaré, si tu lo deseas, hasta mañana...-

...continuará...

 

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...en la piel - II

...Dejó mis pezones y empezó a descender besando mi vientre, jugó con mi ombligo, bajó mas, le sorprendí, con mi escasos pelitos, pero siguió, yo automáticamente abrí mis piernas, en franca invitación para que me lamiera, estaba completamente caliente y mojadita, me sentó entonces sobre la mesa, me abrí aún más, estaba ansiosa de caricias, con la punta de su lengua empezó a tocarme hasta hacerme estremecer...

- cómetelo, cómetelo todo -  susurraba yo a cada paso de su lengua por mis labios vaginales...cuando llego a mi clítoris, no me pude resistir, le apreté con mis piernas...le cogí la cabeza apretándole hacia mi y cuando aflojé las piernas, empezó a meterme unos dedos, yo gemía, me mordía los labios...quería reprimir mi orgasmo...-sigue, no te contengas- me decía...volví a soltar mas gemidos...sentía su lengua aun mas, mas, ¡más!

- por favor no pares, méteme otros dedos y toda tu lengua, cómeme toda, poseeme, hazme tuya, quiero ser toda tuya uhummm, ayyy que bien, ay me viene, me vieneee, ahhhh, ohhh ohhh ohhh.

Me provocó un orgasmo...hmmm fascinante. Entonces se puso de pié, me acurrucó, me abrazó...nos abrazamos, nos besamos, intensamente...

Como el aun estaba vestido, se quitó la camisa, decía querer sentir piel con piel...yo, también lo deseaba.

No dejabamos de besarnos, mis manos descendieron hasta conseguir quitarle el pantalón, tocando su sexo...me separé de su boca, bajando, hasta encontrar su miembro, lo recorrí con suaves besos, desde la punta hasta los huevos, lamiéndolos, repetidamente, metiendomelo por último completamente en mi boca. Los movimientos de vaivén que hacia con mi boca en su polla, hicieron que se le pusiera más dura, mi nariz chocaba con su cuerpo y mis labios tocaban la base de sus huevos, la sentia en mi garganta, la mamada era cada vez más intensa, no sabria definir cual de los dos disfrutaba mas...seguí, seguí, hasta que empezó  a eyacular dentro de mi boca. Fué maravilloso, saborearle...

...continuará...


 

...en la piel - I parte

...en la piel - I parte

Cuando recibí la llamada en mi móvil, pude saber que era David, una ex compañero de trabajo.
Le dije:
- Hola ¿como estás?
- Hola -contestó- ¿sabes quien soy?¿Me recuerdas?
- ¡claro que si!
- Ja, ja ja, y que es es lo que más...recuerdas?
- Quieres que te diga lo que más recuerdo de ti o de nuestros...momentos?
(David y yo fuimos amantes casi un año)
- Bueno mejor no me lo digas por teléfono, por que realmente te llamo para pedirte una cita
- ¿Una cita? ¿de que tipo? uhmmmm
- Me urge verte de nuevo, la relación con mi esposa ha cambiado bastante y te tengo varias sorpresas, sabes bien que sólo he tenido relaciones sexuales con dos mujeres, mi esposa y tu, llevamos mucho tiempo sin vernos y te estoy deseando, espero pueda ser este próximo viernes en el mismo lugar y hora que lo hacíamos antes.
- Vaya!!, no me esperaba esto pero si realmente es urgente, como quieras...el viernes.
- Por favor, me gustaria que fueses  preparada, ¿te acuerdas?...adiós.
- Adiós

David cuando trabajábamos juntos tenía problemas con su esposa, incluso estaba en trámites de divorcio, ya que descubrió que su mujer le estaba poniendo los cuernos con un amigo.

Debido a esa situación y a que en nuestro trabajo las jornadas eran muy largar, él empezó a contarme sus problemas y fue en una de esas tantas ocasiones, en que una vez abordado el tema de las relaciones sexuales le pregunte cuales eran sus preferencias, que es lo que más la excitaba, que posiciones practicaban, sí realizaban el sexo oral vaginal o anal, etc.; a lo que prácticamente el me confesó:

- Al principio Carmen (su esposa) y yo teníamos sexo diario, como se embarazó rápido y tuvimos a mis dos hijos seguidos, la llama del sexo se fue extinguiendo, haciéndonos el amor dos o tres veces al mes como máximo, con pocas caricias, penetración rápida en dos posiciones misionero y perrito, el sexo oral lo hicimos antes de tener a los hijos y después aunque yo deseaba hacérselo ella no me dejaba y tampoco me lo hacia a mi, en fin...

Contar toda la conversación sería muy largo, por lo que me adelantaré hasta decirles que como le conté sobre algunas de mis experiencias, el se fue excitando, por lo que suspendí la conversación, cambiando de tema..

Al día siguiente, (sabado) después del desayuno,  regresamos a nuestro trabajo, mientras revisaba mi cuenta de correo, David  se acercó a mi lugar y comenzó a darme un masajito en el cuello.

- ¿Cansada?
- Algo la semana ha sido agotadora y aun me queda mucho que hacer.
- ¿Te molesta el masaje?
- No, al contrario, me viene muy bien.

David fue bajando del cuello a los hombros, parte de la espalda, regreso a los hombros y descendieron sus manos a mi pecho...sensación que empezó a excitarme, al grado que le dije:

- Cuidado David no soy de piedra y por mucho cansancio que tenga puedes despertarme otros deseos.
- Yo tampoco soy de piedra Tania, espero que no me mal interpretes, pero debido a la confianza que en los últimos días nos hemos tenido, sabes bien que estoy muy desatendido y la conversación de ayer me hizo pensar en que quizá yo deba hacer lo mismo que ella.

Como era sabado y nuestra seccion estaba totalmente cerrada sin atención al público...no pude resistirme, lleve mis manos hacia atrás empecé a acariciarle las piernas, despacio, hasta que llegue a su entrepierna, la cual a través de la ropa se sentía muy caliente, David me seguía acariciando el pecho y los hombros y de vez en cuando me besaba el oído, las mejillas y el cuello...me volví, le atraje hacia mi. juntamos nuestras bocas en un largo beso, mismo en el que nuestras lenguas se introducían afanosamente en la boca del otro, era un beso con el que David pretendía cobrar venganza del engaño de su esposa y a la misma vez  buscar las caricias que el cuerpo le reclamaba.

Sin separar nuestras bocas, yo me sujetaba de su cuello y el con una mano acariciaba mi espalda haciendo un dulce recorrido hasta las nalgas y con la otra buscaba las piernas, el abdomen y mis senos, todo por encima de la ropa, hasta que en un momento dado metio su mano debajo de mi blusa, pudiendo acariciar mis pechos...como estábamos seguros de que nadie entraría en nuestro sitio, me quito totalmente la ropa para disfrutar ampliamente de mis tetas,, decia que le encantaba “el gran tamaño” mis pezones, volcandose en ellos, besándolos y mamándolos con todo el deseo que habían despertado en ese instante.

El trato que daba a miss pechos, provocó en mi varios y fuertes gemidos, los que le excitaban más, y yo por mi parte le cogia del cuello para que continuara con lo que le hacia, diciendole además -asiii, asiii sigue, no me los sueltes, cómetelos, chúpalos con fuerza, mámamelos duro, son tuyos, ¿te gustan?, tómalos, gózalos, hazme sentir mujer, quiero ser tuya desde hoy, sigue asiii, hazme el amor...

...continuará...